De escritor a escritor: mi manifiesto

De escritor a escritor:

   ¡Hola, escritor! Sí, escritor. Porque ya lo eres. Aunque no hayas terminado ese borrador que guardas con celo. Aunque no tengas ninguna publicación. Aunque sientas que te queda grande el nombre. Eres escritor, forma parte de ti, de la persona que ya eres o, quizá, de aquella en la que quieres convertirte. Si no lo fueras, no estarías aquí, ¿me equivoco?

 

Aún no te conozco y ya me encantas…

   No lo digo por hacerte la pelota, ¡en serio! Sé que vamos a llevarnos bien porque somos muy parecidos, porque hablamos el mismo idioma. No escribes para pasar el rato; escribes porque lo necesitas. Eres un crisol de historias y personajes, de emociones y sueños a plena luz del día, de inquietudes y temores. Eres un saco de dudas y pasiones, de euforia y frustración, que cristalizan en forma de letras. Cuando las escribes, sientes. Sufres, tiemblas, vuelas… Vives. Al darles vida a ellas, ellas te hacen real a ti.

 

¿Te cuento un secreto? Tu realidad también es la mía

   Puede que aún no te ponga cara, pero al que tengo más que fichado es a tu principal enemigo, ese que se agazapa en tu interior. Somos viejos conocidos. Si yo te contara todo lo que hemos vivido juntos…

   Tu enemigo se llama miedo. Miedo a equivocarte, a no gustar, a que no te entiendan; a no saber plasmar ese universo que habita en tu cabeza, en el que te encanta perderte y que te hace tan feliz. A no servir para esto. A perder el tiempo fantaseando con imposibles. A tener que renunciar a tus deseos más profundos. Miedo al fracaso. ¿Que por qué lo tengo tan claro? Porque me he sentido así durante toda mi carrera, así que sé bien por lo que estás pasando.

   El miedo saca lo peor de ti y te sabotea hasta salirse con la suya: dejarte paralizado. Conseguir que pospongas una vez y otra vez tus aspiraciones. Impedir que pienses a lo grande. Hacerte creer que tú no eres el elegido; que jamás lo lograrás. Que los sueños no se hicieron para alguien como tú. El miedo borra tus letras, te borra a ti.

 

Pero nuestro enemigo no es ni la mitad de fuerte que tú

   Por eso, aquí, y ahora, prometo luchar a tu lado contra él. Prometo darte mi mano, y con ella mi experiencia, mi pasión, mis ganas, y no soltar la tuya. Pase lo que pase.

   Te advierto que no será sencillo, y probablemente tampoco será rápido: ser tú mismo, ser de verdad, requiere tiempo, esfuerzo, paciencia. Y amor, mucho amor. Es una receta que se cuece a fuego lento, sin fórmulas mágicas ni atajos.

 

Solo hay una ruta hacia el éxito. Sí, solo una

   Trabajar duro y dejarte el pellejo en tus proyectos. No hay más. A veces quizás te diga cosas que no te guste oír; recibirás palmaditas en la espalda siempre que las merezcas, pero también te pondré contra las cuerdas cuando puedas dar aún más.

   Te ofreceré la libertad que necesita tu creatividad y un puerto seguro al que acudir cuando zozobres. Descubrirás por ti mismo tu valía y aprenderás a confiar en tus posibilidades, en todo ese talento que se acumula dentro de ti, esperando a que le permitas salir y enamorar al mundo, hacer a los demás soñar tan alto como sueñas tú. Porque vales para esto. Estoy convencida.

   Si tú quieres (y sé que lo quieres con todas tus fuerzas, de una manera difícil de explicar, de una manera que a los demás les cuesta entender) recorreremos juntos el camino de baldosas amarillas, disfrutando de cada tramo, hasta que llegues adonde quieres llegar: el infinito.

 

 

PORQUE CREO EN:

  • Los sueños como objetivos alcanzables. No son fantasías, sino que realmente está en tu mano llegar a cumplirlos. Es posible mantener los pies en la Tierra y la cabeza en las nubes sin volverte loco y sin vivir eternamente pensando «¿Y si…?».

 

  • La igualdad de oportunidades. El talento puede que no se aprenda, pero sí se entrena, y todo el mundo puede desarrollar el suficiente si pone empeño.

 

  • La literatura como arte, no como un mero producto comercial de consumo. No es una forma de conseguir dinero ni reconocimiento fáciles. Para conseguir el éxito debes entregarte al 100% y ser inasequible al desaliento.

 

  • La literatura como artesanía. El trabajo bien hecho requiere esfuerzo y mimo. No hay llaves maestras ni pretendo enseñarte «cómo escribir y publicar un libro de éxito en 30 días». Lo que busco es que saques todo lo bueno que hay dentro de ti, que es muchísimo; que disfrutes contando esa historia que se te resiste; que te liberes del miedo. Que seas feliz escribiendo, porque mientras escribir te haga feliz, entonces todo irá bien.

 

  • La literatura como forma de vida: es la expresión más pura del alma y de nuestra identidad; un modo de canalizar y comunicar sentimientos; un medio de sanación y aceptación; una búsqueda de autorrealización. Porque para ti escribir es una necesidad, algo que no eliges ni puedes no hacer.